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Historia de la Plaza López: asombrosos hechos poco conocidos

Ubicada en la manzana comprendida por calles Buenos Aires, Pellegini, Laprida y la cortada Alfonsina Storni, la Plaza López suele ser evocada por su riqueza botánica, su imponente fuente central y –por supuesto– por su clásica calesita.

Pero existe toda una serie de acontecimientos históricos desconocidos sobre la Plaza López, los cuales son por cierto tan llamativos como interesantes.

La plaza como mercado y el origen de su nombre

Algunos de esos hechos fueron recogidos en un artículo publicado por el Prof. Arnoldo Gualino en su blog personal, donde cuenta que la Plaza López fue conocida en sus inicios como Plaza de las Carretas.

Según el académico local, en septiembre de 1858 la Asamblea Legislativa concedió al emigrante italiano Luis Casinelli la potestad para establecer en el lugar un Mercado de Frutos provincial, que llevaría el nombre de General López.

Dicha denominación brindaba reconocimiento al Gral. Juan Pablo López, gobernador santafesino al que se le atribuye gran responsabilidad en los importantes cambios que por esos años experimentó Rosario: durante su mandato se construyó el primer muelle portuario, el Mercado del Sud, el primer banco privado, la Bolsa de Comercio y el teatro de la Esperanza, entre otras obras.

La plaza en tiempos de guerra

Gualino explica que el mercado no logró alcanzar prosperidad y que en tiempos de guerra la Plaza López se convertiría en un corral de caballos y mulas, siendo punto logístico para las tropas.

Uno de los hechos sin dudas más impresionantes sobre el pasado de la Plaza López también se remonta a aquella época: durante la Guerra del Paraguay, desarrollada entre 1865 y 1870, fue uno de los predios utilizados en el país para atención de los heridos que llegaban desde el frente de batalla.

Cabe mencionar que por ese entonces la plaza contaba con un pozo de agua del cual se abastecía la población local.

Finalmente convertida en plaza

Ya finalizada la guerra, en 1972 se decidió el trazado de la plaza tal cual se observa en la actualidad y se colocaron gran variedad de árboles y plantas de diferentes especies como pinos, palos borrachos, magnolias, aceres, tipas, madreselvas, rosales, jacarandás, plátanos, robles, gomeros, palmeras y jazmines. Una riqueza botánica que todavía hoy caracteriza a la Plaza López.

Años más tarde, específicamente en 1888, se construyeron las veredas y fue recién en 1927, bajo la intendencia de Manuel Pigneto, que se colocaron mosaicos en los canteros centrales. En tanto que la fuente, hecha en fundición de hierro, fue encargada por catálogo y traída desde Europa.

La tragedia del globo aerostático

El 8 de marzo de 1874 la Plaza López fue sede del trágico accidente del globo aerostático Unión. El lanzamiento era el atractivo principal del Gran Circo Ecuestre del mexicano Teófilo Ceballos, por esos días presentándose en Rosario. Esa jornada el desenlace fue fatal.

De acuerdo a registros periodísticos locales, un joven de 15 años se enganchó del globo y subió con él hasta una altura de 600 metros para luego caer. La víctima fue Nicasio Rosas, nieto del exgobernador Pascual Rosas. Según las crónicas de la época, unas 3000 personas presenciaron el triste hecho.

Más acontecimientos históricos

Otro dato de la historia relacionado al espacio público de Buenos Aires y Pellegini es que Rosario tuvo su primera celebración del Día del Trabajador el 1° de mayo de 1890: fue en la Plaza López, donde se desarrolló un acto encabezado por la reconocida anarquista Virginia Bolten.

También se puede mencionar que entre 1901 y 1910 Alfonsina Storni fue vecina de la plaza. De allí nació el nombre que luego recibiría la cortada que demarca el límite sur del predio.